Aquí os dejamos la crónica de nuestro compañero Rafa Arauz, que fue el presentador del acto:
El pasado 6 de febrero ¿adónde vas tan aprisa tiempo fugaz? ¿Quién te
espera, qué tren pierdes, dónde dejaste la maleta? Espera que yo te la
lleve, pero dale sosiego a tus pasos, que me estresas y no me conviene.
Decía, que me lío, que el pasado 6 de febrero, viernes para ser más
concretos, tuvimos el gusto de recibir en nuestra casa, porque ya lo es,
la Librería El Aprendiz, o al revés, como aparece en las redes de
Internet, la de los luneteros a medias y otros duendecillos traviesos y
saltimbanquis mandarines, a Eduardo Formanti, que traía en la talega de
las letras con sed de calle, sofás y ojos ávidos de palabras conexas,
sus Cuentos abandonados. No me exageres, que yo no los veo tan
desatendidos, pues son ya muchos los lectores que disfrutan de sus
intrigas, palaciegas o arenosas, que de todo hay en la villa de
Formanti.
Y Formanti llegó, escuchó a un tipo que le presentaba,
y se sentó y disertó, con soberbia lucidez, sobre literatura, el arte
de la escritura creativa y todos esos grandes que le precedieron. Y
desmenuzó sus Cuentos, y para que no se sintieran ni solos ni
abandonados, y dale con el abandono, compartió algunos de ellos con el
público asistente, que fue numeroso y atento. Y entre lecturas,
preguntas y apretones de manos la presentación se fue concluyendo. Nos
esperaba el picoteo, que tantos buenos cuentos ha dado y seguirá
fecundando, por la gloria de las tapas, reconstituyentes y eternas, y
los ricos caldos o cervezas. Porque no sólo de cultura vive el hombre,
así se llame Formanti, Media Luneta o lo que buenamente quieras ¿verdad,
Sr. Wert?
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