jueves, 16 de octubre de 2014

COMPARTIR, ES BELLO, ES VIDA, PALABRAS A TIEMPO…


En el desayuno desazón soluble intravenosa y tostadas untadas con mermelada de nubes y claros. La mañana se engulló a los claros. Las nubes anidaron en el cielo, demandando refuerzos, que llegaron almibarados de grises y argentos. Congregadas en las comarcas del Bajo Guadalquivir, dichosas por arribar a tierras tan bellas, acordaron declarar públicamente su alegría. Y diluviaron gotas y goterones, al poco metamorfoseadas en riadas de frescura y barro. La bahía correteaba de gozo. Las marismas empapadas con miel de las Azores y nosotros con preguntas y dudas; ¿qué pasará esta tarde?
Las horas con milhojas de sofá fueron pasando y las nubes, apaciguadas, marcharon de sobremesa hacia tierras serranas, y allá se quedaron. En casa se instaló la tarde, arrebujaíta entre nervios y tisanas, entre lecturas y duchas, entre mensajes que llegaban para cuadrarlo todo.
A las siete y cuarto habíamos quedado con Ana y Alfonso, que nos esperaban en la puerta de su casa para compartir coche y carretera hacia Cádiz. El atardecer, ya merendado con bollitos de canela y lavanda, nos tenía reservado un aparcamiento bien cercano al lugar del evento. La esquina de la Avenida de Portugal, de habitual gris y áspera, se había maquillado con el carmín de la amistad y el rímel de sorpresa. Irene Alcedo y su amiga Marisa nos esperaban a pocos metros del hotel. Juntos, animados, compartimos fotos, cafés y firmas, estas últimas para Josebe, entre risas y personajes de la Guerra de las galaxias.
Y de las galaxias del café al agujero intimidatorio de un salón de hotel; el Barceló de Cádiz, que nos abría sus puertas para la primera presentación en sociedad de la criatura, estas PALABRAS A TIEMPO que tantos buenos momentos nos están brindando.
En el salón del Barceló, amenizado con la música del dj Martín Alonso, los saludos, los abrazos, encuentros inesperados, cosiéndose a la piel con alegría, tensión, nervios, aflorando a escorrentías el sudor.
Con profesionalidad e idéntico entusiasmo y energías a las demostradas desde que la criatura dio su primer respingo, Belén Peralta, colaboradora en el libro, abre, presenta, dirige el acto, dando paso a la primera actuación de la noche; la de nuestro compañero y amigo en el corazón Alfonso Baro. Dos canciones para ataviar a la luna de solidaridad. Dos hervores de su consciencia, de su latido, de su visión del mundo, fluyendo por el salón, rezumando sabiduría y compromiso. ¡Gracias compañero, amigo, hermano!
Siguiendo a la canción de autor la palabra recitada. Ambas se buscan, ambas se aman. Lecturas de palabras a tiempo de amig@s, compañer@s de sueños y caminos. Beber de estos zumos a sorbos alimenta el espíritu. Gracias Leopoldo, Deivid, Irene, Lorenzo, Juan Manuel, gracias por ese árbol, Rosalía, José María, Fermín, Fran, Alejandro, Miguel Ángel Rincón, Charo, Belén, Alfonso, Juan Pablo, Gabriel, Blanca, Óscar, Eduardo, Migué, Isabel, Eulogio, Elena, ¡gracias a tod@s por hacer este sueño posible!
Regresa la música, con el teclado y la voz de Javier Marchante Shankara, un gran tipo con el que más tarde compartimos vituallas y conversaciones nutricias.
Y tras él, con él y con tod@s los progenitores/as de la criatura el momento más emotivo de la noche; la entrega a Pepa Fernández, coordinadora de la Asociación Amigas al Sur, de la bolsa contenedora de retales de nuestra ilusión aderezada de monedas y billetes, hasta alcanzar los quinientos euros y algún que otro pico, todo lo recaudado hasta ese instante. Abrazos, besos, palabras, fotos y las estrellas descendiendo, iluminando, junto a nosotr@s, el sendero hacia otro mundo posible.
La luna y las estrellas no se marchan, se quedan para compartir con Inma Márquez su canto de agradecimiento a la Vida. ¡Gracias a la Vida, gracias, por regalarnos la belleza de su voz!
La voz de la Vida, la voz de los poemas serpentea el salón, repta entre piernas y sillones, hasta toparse con la guarida de lo excelso, donde habitan dos tacones, dos zapatos, una mujer, un hombre, y los invita a bailar un tango, dos, tres; la magia brota de la savia de Alycristango, dibujando versos sobre el pavimento. La boca se hace agua. Los vellos como escarpias. El salón embriagado de belleza.
Estallan los aplausos. El espectáculo debe continuar: las PALABRAS A TIEMPO y el camino, que nos espera.

Rafael Arauz González,
miembro de La Media Luneta